No soy de nadie, ni nadie es mío.
Solo mi vida es lo que he vivido.
No tengo nada más que mi alma
y siempre a solas marco caminos.
Es mi sendero y nadie ha hendido
la dura tierra donde yo avanzo,
y las espinas que me han herido
en otras vidas no causan llanto.
Mis alegrías no son de otros
pues las he creado a mi medida
y mis tristezas, y mis abrojos
son por mi alma apetecidas.
Y esta ruta que me he trazado
una creación es y no una copia
pues la distancia que he acortado
ha sido toda por cuenta propia.
No doy consejos ni los recibo
porque mi vida no es la ajena.
Y el pasado mejor olvido
pues ni el futuro vale la pena.
Es de este día del que el sustento,
ansiosa extraigo de sus pezones,
pues los pasados los barrió el viento
y los mañanas son ilusiones...
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