FIN Y PRINCIPIO

Mi mundo empezó a derrumbarse de pronto, sin previo aviso.  Podía sentir cómo se me iba poco a poco la vida.  Mi corazón se llenó de angustia y desesperación. La muerte me parecía inevitable. Mientras atravezaba aquel terrible túnel, largo y oscuro comencé a divisar a lo lejos un punto de luz que crecía y crecía cada vez más. El fin se acerca, me dije y apreté los puños para recibirlo. Todo sucedió entonces muy de prisa. Me precipité sin querer hacia la luz y en un abrir y cerrar de ojos... ¡Había nacido! "Es una niña" dijo el doctor.