Ella va por el camino. El la observa desde la maleza circundante. Su deseo por ella es cada vez más intenso, insoportable, inaplazable. Ella se detiene a descanzar a la sombra de un árbol. Se sienta en un tronco caído y al hacerlo su corta falda deja ver unos redondos y opulentos muslos que a él le parecen exquisitos. Eso lo hace decidirse. Se abalanza sobre la muchacha sin darle tiempo ni de soltar un grito. Ella se vuelve aterrada solo para sentir las fauces del hambriento lobo cerrarse sobre su garganta...
FACETAS
Poemas de amor, de desamor, prosa, pintura, fotografía, arte y más
sábado, 19 de febrero de 2011
DE CACERÍA
Ella va por el camino. El la observa desde la maleza circundante. Su deseo por ella es cada vez más intenso, insoportable, inaplazable. Ella se detiene a descanzar a la sombra de un árbol. Se sienta en un tronco caído y al hacerlo su corta falda deja ver unos redondos y opulentos muslos que a él le parecen exquisitos. Eso lo hace decidirse. Se abalanza sobre la muchacha sin darle tiempo ni de soltar un grito. Ella se vuelve aterrada solo para sentir las fauces del hambriento lobo cerrarse sobre su garganta...
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